Otra notable obra de Lang que demuestra lo visionario y gran autor que fue. Si partimos de la base de que se trata de una película de 1946 y se la compara con las demás obras de aquella época orientadas a la propaganda y al entretenimiento, esta se destaca mucho más formal y narrativamente junto a los demas trabajos de Lang y los de Hitchcock.
Inteligentemente, Lang esquiva el protagonismo del científico norteaméricano (Gary Cooper) y se interesa más por los héroes extranjeros, anónimos de la resistencia y entre ellos resalta claramente la valiente Gina (Lilli Palmer), en uno de los mejores personajes femeninos de la historia del cine clásico de Hollywood.
Por otro lado, Lang crea como siempre una genial atmósfera de suspenso, miedo, vigilancia, paranoia y conspiración. Los protagonistas deben estar constantemente cuidándose de no ser descubiertos y también seguir su lucha a base de recuerdos del pasado y de esperanzas de que la guerra termine en algun momento.
En cuanto al espectáculo, las escenas de acción física (peleas) filmadas por Lang resultaron siempre más creíbles, intensas y viscerales que las que hicieron otros directores contemporaneos.
Si bien la escena final es esperanzadora y recuerda a Casablanca, en el fondo sentimos cuales serán los diferentes destinos de ambos personajes...